Ya me advirtieron de que el último mes se hacía largo pero siempre pensé que era una exageración hasta que estuve de 38 semanas.
Las ganas de tener a mi bebé en brazos, de verle la carita, de empezar a ser mamá son tan grandes que el día se hace eterno. Y eso que siempre hay "entendidas" que dicen "ya verás, ahora viene lo peor, las noches sin dormir, los lloros..."como si durmiera bien. Llevo meses sin dormir del tirón por las constantes idas al servicio. El insomnio en el tercer trimestre no es un mito, es una realidad. Y el tener solo dos posturas posibles no ayuda nada.
Los 12kg ganados en estos meses pesan más que nunca. Subir escaleras sin ahogarme se ha convertido en un reto y levantarme del sillón es todo un espectáculo. Los ardores de estómago duelen más que las contracciones y eso que llaman "retención de líquidos" ha hecho desaparecer mis tobillos.
Pero no es tan molesto como parece. Lo inaguantable es el deseo de que acabe esa recta final. Hasta el parto me parece deseable con tal de tener a mi bebé. Aunque el otro día cometí el error de ver en TV un parto en directo...la verdad es que me miré la barriga y pensé: de momento no estás mal ahí dentro.
En estas últimas semanas es cuando más miedos te entran; nacerá sano el bebé, tendré un parto bueno, seré buena madre, seré capaz de darle el pecho, sabré criarlo...pero nada como tu propia madre para quitarte esas dudas de la cabeza. Dicen que en cuanto tienes a tu hij@ en brazos todo sale de una forma natural, biológica.
Lo cierto es que me muero de ganas ya por enfrentarme a esos miedos. Por pasar noches en vela, porque mi vida cambie para siempre. Llevo 9 meses esperando este momento. En el fondo, llevo toda mi vida esperándote.
Estaré nueve meses esperándote pero tendrás toda la vida para saber cómo lo hago. Todas las fases del embarazo y la llegada de tu futuro bebé.
martes, 30 de abril de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
Embarazadas y guapas
Qué embarazada no se ha sentido fea o gorda en algún momento
de esos nueve meses. Es normal verse así cuando tu cuerpo empieza a cambiar sin
control. Ya en los primeros meses las caderas se ensanchan y no podemos
reconocer nuestros pechos, aunque esto último alegre a nuestras parejas. Es
curioso observar cómo, a pesar de cuidarnos más en este estado, perdemos el
control de nuestro cuerpo.
Pero estos cambios vienen también acompañados de belleza,
porque es verdad que las embarazadas tenemos otra luz, se nos nota en la cara,
en la piel que algo está cambiando y eso nos favorece. Hay que adaptarse a estos cambios corporales
y sentirnos a gusto con ellos. Lucir la tripita cuando ya está avanzada es una
buena manera de reconciliarte con tu cuerpo. ¡Qué privilegio es poder llevar
dentro de ti a un bebé!
Aprender a gustarnos es vital para no venirnos abajo. Y una
sesión de fotos con un fotógrafo profesional puede ayudarnos a sentirnos más
cómodas. Alrededor del tercer trimestre, cuando ya tenemos suficiente barriga
es hora de subirnos la camiseta y presumir de embarazo. Eso hice yo y os puedo
asegurar que resultó una experiencia de lo más recomendable. En un principio me
animé porque quería guardar un recuerdo de mi estado, pero no me imaginaba que
iba a salir de allí con tal subidón. Me fui del estudio con la autoestima por
las nubes. El resultado fue tan bonito que no dudé en compartirlo con
familiares y amigos.
Óscar Bejarano fue el
profesional que se encargó de la sesión. Ha conseguido aprovechar su experiencia
con el desnudo femenino para hacer que las embarazadas se sientan cómodas.
Óscar asegura que “la luz que irradia una embarazada es
especial y eso se nota al hacer una sesión. Una de las preocupaciones que
suelen tener en general es el de salir gordas, pero se suelen dejar asesorar
bastante bien, aunque a veces la timidez puede con ellas”.
“Una de las fotos mas
chulas es el antes y después del embarazo, donde se cierra el circulo completo
y yo como fotógrafo quedo totalmente satisfecho” Os recomiendo visitar su
web http://www.ventadefotos.es/embarazadas
para que veáis el fantástico resultado.
Ahora tengo guardadas unas cuantas fotos que harán que nunca
olvide aquellos privilegiados nueves meses que pasé esperando la llegada de mi
bebé. Siempre tendré la posibilidad de hacer un paseo por el recuerdo y poder
enseñar con orgullo el privilegio de dar la vida.
Aquí os dejo una prueba de aquella sesión de fotos y os
animo a todas a pasar por esta experiencia que hará del embarazo un recuerdo
para toda la vida.
martes, 23 de abril de 2013
Embarazo y crisis económica
¿Es un buen momento decidir ser madre en tiempos de crisis?
La realidad es que si lo piensas mucho es difícil encontrar
el mejor momento para ser padres. Ese momento no existe, pero sí existe el
instinto maternal, que no entiende de economía ni de oportunismos. Es una
llamada biológica que llega de sopetón y sin avisar. Imposible de ignorar.
Si las circunstancias sociales, económicas y sentimentales
van a ser determinantes es esa decisión es probable que llegues a los 40 años y
te encuentres en la misma situación. Pocas parejas encuentran el momento idóneo
para ser padres, siempre rondan cuestiones como el deseo de viajar, problemas
económicos y ambiciones laborales que nos coartan en esta decisión vital.
Por ello mi consejo es que sigas tu instinto, sabio por
naturaleza. Pero si eres mileurista no tengas cuatro hijos…es una cuestión de responsabilidad
moral y social. Pero si ese deseo de ser madre o padre te llega, síguelo,
aunque la coyuntura económica te haga dudar.
Al final te adaptas. Es verdad que muchas cosas cambian, no
te puedes permitir ciertos caprichos, reduces las salidas, las comidas en
restaurantes y tu vida social da un vuelvo radical pero estos cambios vienen en
el paquete del “instinto maternal”. Cuando tienes a tu bebé en brazos esas
actividades que creías eran una prioridad en tu vida pasan a ser secundarias.
Empiezas a disfrutar de otros momentos en familia que hacen que valga la pena
todo ese esfuerzo.
Que una crisis económica no te desanime. Será la llamada
biológica la que domine y condicione esa decisión.
viernes, 19 de abril de 2013
ELLOS, seres pacientes que nos aguantan
Maridos, novios, parejas…ninguno se libra de nuestros
cambios de humor, rabietas y pataletas. Porque admitámoslo, las tenemos.
Frases como “¿pero qué te pasa?”, ¿por qué lloras?, “no se
qué hacer”, “no entiendo lo que pasa”, “¿qué puedo hacer?” se repiten después
de una de nuestras miradas asesinas tras algún comentario desafortunado o una
actitud no aprobada. En esos momentos les culpamos de nuestros malestares,
nuestras nauseas y nuestras incomodidades.
Qué mujer no ha oído de su pareja al principio del embarazo
“cariño, me voy a solidarizar contigo; no voy a beber alcohol, voy a dejar de
fumar y los fines de semana me iré a la cama contigo”, JAAA. Las buenas
intenciones no les duran ni un día. Es probable que estas promesas te las haya
hecho con un gin tonic en la mano y un piti en la otra. Porque ahí es cuando
entendemos por qué somos las mujeres quienes parimos.
Recuerdo una anécdota de mi novio cuando me dijo a los 4
meses de estar embarazada, “cariño, es que hoy he pensado: vamos a ser padres”.
Será cabrón!!! Llevaba cuatro meses llenos de cambios, molestias y alteraciones
sentimentales, casi medio embarazo y él empezaba a darse cuenta!!! Está claro
que ellos no pasan, ni por asomo por lo que nosotras, ni tienen esa conexión
con el bebé.
Pero hay que reconocer que su papel en esos nueves meses
tampoco es sencillo. Me encanta observar cómo se esfuerzan por entendernos, por
mimarnos y lo que son capaces de hacer para evitar alguna de nuestras regañinas
sin sentido. Es cuando se llenan de una paciencia infinita, se ponen en nuestra
piel y nos lo consienten todo. Me encanta aprovecharme de esos momentos ;)
A vosotros que nos habéis cambiado la vida para siempre, que
nos soportáis en los peores momentos, que nos consoláis en los bajones, que nos
mimáis con vuestras caricias. A vosotros que nos habéis dado el mejor regalo
del mundo: dar la vida, GRACIAS.
miércoles, 17 de abril de 2013
¿Es el embarazo la mejor etapa de una mujer?
Definitivamente la respuesta es NO. Puede que parezca duro
reconocer esta evidencia pero conozco a muy pocas mujeres que califiquen esta
experiencia como “la mejor de sus vidas”. Los cambios son tan radicales que,
aunque se produzcan gradualmente, acaba afectando física pero psíquicamente
también. Y es quizás en este ámbito donde menos comprendidas somos.
Nuestros cambios hormonales se apoderan de nuestros
sentimientos, los cuales a veces ni nosotras entendemos. La peor parte de esto
se lo lleva, claro está, el futuro papá, pero de ello hablaremos en otro post.
El embarazo te dominará en todos los ámbitos de tu vida y condicionará tu
estado de ánimo. Pero si consigues pasar del primer trimestre, lo tendrás todo
controlado. A pesar de que físicamente
es el periodo donde menos te lo notan es donde más nos afecta. Estás embarazada
porque lo dice un predictor, porque sientes nauseas si tienes hambre, porque
lloras sin saber por qué, porque se acabaron los tintos, las cervecitas y los
copazos, y porque tu cuerpo empieza a dar signos de cambio. Pero también tu
percepción de la vida cambia, y para siempre. Te ves diferente, te sientes
diferente.
Es un momento íntimo y personal, muy difícil de compartir
con tu familia o amigos pues solo las mujeres que han estado esperando intuyen
nuestros sentimientos. Una vez terminado el primer trimestre estos
“problemillas” se van diluyendo y comenzamos la mejor etapa del embarazo. Es
cuando nuestra tripa refleja que no nos hemos pasado con los bollos sino que
llevamos un bebé dentro. Ya te sientes más identificada con este estado y
empiezas a humanizar al feto. Sin duda son los tres meses que más disfrutarás.
El embarazo es una etapa difícil, complicada, pero
indescriptible e irrepetible. Estos inconvenientes no deben echarnos atrás en
la decisión de ser madre pero sí tenerlos en cuenta. Porque lo que sí es verdad
es aquello que dicen: cuando tienes a tu bebé en brazos, todo ha valido la
pena.
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