jueves, 23 de mayo de 2013

El parto, ese temible momento

Hasta los dos últimos meses realmente no empiezas a pensar en el parto. Ese pensamiento lo apartas de la cabeza y te dices "ya pensaré en ello más adelante". Son tantas las historias que has oído acerca de ese momento que no apetece nada concretar en los detalles.

Una mujer, un parto distinto. Pero lamento afirmar que todo ese dolor del que se habla es verdad. 

Hay dos maneras de saber que empieza el parto. O rompes aguas o te entran contracciones. En mi caso fue lo segundo. Hasta que no estuve dos horas con contracciones cada cinco minutos no acudí al hospital, pero cual fue mi sorpresa que al hacerme la exploración no había dilatado lo suficiente y me mandaron a casa. Ahí estuve sufriendo unas cinco horas más, contracción tras contracción cada cinco minutos, hasta mi segunda llegada al hospital. A punto estuvieron de mandarme de nuevo a casa pero mis llantos compadecieron a la ginecóloga de guardia y al fin me ingresaron. 

En lo único en lo que podía pensar era en la epidural. Nunca creí que anhelaría tanto una inyección...así que después de unas doce horas llegó Dios. Mi Dios tenía nombre de mujer y un título en medicina. A partir de ese pinchazo mi experiencia cambió radicalmente. Hizo que todo pareciera más fácil y pude participar de otra manera. Lamentablemente tras 20 horas de parto mi niña no quería salir y para evitar problemas me practicaron una cesárea de urgencia. 

Es difícil explicar lo que se siente cuando ves a tu bebé por primera vez. Solo puedo decir que ahí supe que mi vida ya no me pertenecía, mi vida entera era para ella. 

Parece mentira pero al día siguiente ya se me había olvidado el mal rato. Solo las  16 grapas de la cicatriz me recordaban el parto. Esas 20 horas han pasado a ser el recuerdo de un minuto. Y ahora me paso las horas y los minutos contemplando el milagro de la vida que he creado. 

Jamás he sido tan feliz. 

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el nacimiento de tu niña (ya te la he dado en Facebook ;) Es algo precioso, inolvidable, y la verdad es que cada vez que alguien cuenta que ha sido madre me emociono muchísimo. Yo lo soy de un precioso niño de dos años y, aunque mi parto fue horrible, lo que viene después es precioso, y aunque hay momentos duros, es lo más bonito que me ha pasado. Y cuando ahora veo su carita y me dice "mamá que quiero mucho", se me cae el mundo a los pies.
    Disfruta y no hagas casos de esos que dicen que no la cojas, que se malacostrumbra; hay mucha gente así y me da pena. Cógela y dale mucho mucho amor, que es lo que ahora necesita.
    ¡¡Enhorabuena!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Susana! La verdad es que el parto es un mal trago, pero hay que pasarlo para que llegue lo mejor. Como he comentado en el post al día siguiente ya se me había olvidado porque toda mi concentración era para mi pequeña! Volvería a repetir sin duda!

    ResponderEliminar