martes, 28 de mayo de 2013

Soy mamá

Siempre me he sentido satisfecha con mi vida. Me he sentido realizada en lo personal y laboral. O eso creía hasta que fui mamá. Ahí empecé a encontrarle el verdadero sentido a la vida, porque me di cuenta de que mi vida ya no me pertenecía. Toda entera era para ella, para mi Valentina. 


Todos mis miedos y dudas en el embarazo desaparecieron en cuento le vi la carita. Te conviertes en mamá en cuestión de segundos y es verdad que sale solo, es intuitivo. Por eso no me gusta el concepto de mamá primeriza, nos hace parecer torpes, como si la falta de experiencia nos restara. Y quizás eso es lo que nos hace más fuertes, más capaces. 

Porque así es como me siento, más fuerte que nunca, más viva, más completa. Mi felicidad ya no depende de lo que me pase ni de lo que experimente, sino de lo que viva con ella, de que crezca sana y contenta. 

El tiempo que mejor invierto es el que paso con ella. Las horas se hacen cortas mientras la contemplo y vivo para escuchar los ruiditos que hace mientras duerme. 

Tengo ganas de salir fuera y gritar ¡SOY MAMÁ! Porque nunca antes había sido tan feliz. 




1 comentario:

  1. Me has emocionado con tu post. Es precioso, y es cierto todo lo que dices. Pues ya verás, según van creciendo son más y más cosas las que descubres. Mi hijo ahora tiene 2 añitos y medio y me parto de risa con él, con las cosas que dice, con esa lenguecita de trapo. Disfruta, que es genial.
    Y por cierto, preciosa tu Valentina.
    ¡Un beso fuerte!

    ResponderEliminar